Por si viene
la apocalipsis que no queden cosas en el tintero...
Las horas van abriendo paso a la creatividad. Dicen que es uno de los caminos hacia el futuro.
Y mientras
tanto sigo sumando los días que nos resguardan en el
refugio, pensando donde se encontrará el culmen en el que empecemos
a restar los que nos quedan, para la vuelta a la vida que dejamos
hace tan solo 4 días.
Montamos la
escuela clandestina, ésto quedará para la historia... Libros
por todas partes, pupitres con tareas que no nos van a permitir
tiempo para el aburrimiento.
Y mientras
tanto, aquí seguimos, fuertes y optimistas.
Queriendo
llegar a todo, no tenemos la sensación de no saber que hacer, mente
fuera del trabajo busca evadirse del bicho y encuentra vida en lo
artístico, con las manos, con la mente, pero sobre todo con el
corazón...
Y mientras
tanto cojo mi guitarra, empolvada en un rincón, añorando los años
que mis dedos no rozan sus cuerdas, y una ilusión recorre cada poro
de mi piel, recordando a quienes hicieron magia en mi vida. La música
suena, y siento encontrar la ecuanimidad, que me aleja de la montaña
rusa emocional que puede venir en cualquier momento, mientras
tanto la serenidad nos acompaña...
Y que cada uno encuentre su momento, arrolle sus locuras, que la vida es de sentido único, con su bola de emociones, en ésta obra de teatro en el que el final termina quitando los miedos de un abrazo...
Todo llegará, mientras tanto, espera...
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