Quiso el destino que te encontrara… y allí estaba él. En
una librería maravillosa, en la que me perdí dando vueltas y descubriendo sus
rincones.
Entre tiendas, allí estaba ésta librería, llamada Isabel de
Bellart. Es la primera vez que la oía y que iba allí. Pero entré y me quedé
encandilada. Tanto que los libros, tal cual expuestos, tenían un atractivo
diferente… Y caí… yo que no soy lectora, que los libros gordos me dan
pereza, que leyendo me da sueño… y a pesar de todo, pasé por caja. He encontrado un libro que se llama Mindfulness para niños,
y a pesar de que pone esto, va dirigido para trabajarlo los adultos.
Yo no sabía que era esto de Mindfulness hasta que mi gran
amiga María me contó que estaba haciendo un máster de esto, de Mindfulness y
pensé: a ver en qué historia se ha metido ésta… Y como María es una amiga muy
especial para mí, siempre pienso que aprovecha mucho el tiempo, que consigue lo que se
propone y que su tiempo lo amortiza muy bien, haciendo cosas chulas,
interesantes y especiales… me quedé con ésta palabra.
¿Qué qué es Mindfulness? Pues es una palabra inglesa que se
traduce como conciencia plena, esa capacidad de estar atentos y conscientes en
el momento presente. Dicen que las personas que aprenden a conseguir este estado
de atención plena se sienten más felices y desarrollan una mejor salud física y
psicológica, previniendo la aparición de ansiedad.
Y aunque yo, gracias a Dios, me siento feliz con mi entorno
y mi persona, siempre quiero enriquecerme más y sentirme mejor conmigo misma, y al final
eso también es reflejo en todo lo que gira a tu alrededor.
Así que algo me empujó a
cogerme ese libro, y a buscar un rato a modo de paréntesis en el ajetreado día a
día en el que siempre vivimos.
Aún me quedan muchas páginas, pues estoy apenas por el principio, pero me encanta y por eso lo quiero compartir con vosotr@s...
Que paséis un muy feliz día, y recuerda, sonríe aunque no estés alegre, y verás como después de la sonrisa te sientes diferente...
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