Hace unos dos meses, mi hijo vino a casa todo emocionado
contándonos la importancia de reciclar el aceite que usamos para cocinar.
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Mamá, ¿sabes qué? Que con sólo un litro de aceite usado se puede contaminar
casi 1.000 litros de agua, además de que se producen atascos
en tuberías, que se generan malos olores en casa y que si el aceite llega a los
ríos afecta de manera negativa al intercambio de oxígeno entre
el aire y el agua, y, por lo tanto, los seres vivos que habiten en ellos se ven
perjudicados…
Como veis, motivos más que suficientes, para que prestáramos
especial atención al tema.
Toda ésta información la recibieron de la empresa Recikla, una entidad sin ánimo de
lucro, y que tienen como objetivos, favorecer la inserción social y laboral de
personas con discapacidad intelectual y ayudar en la mejora y cuidado del medio
ambiente.
Recikla fue a su colegio y les impartieron una charla, en la que
a la prueba está, Hugo salió más que concienciado. Les regalaron un embudo
recolector, que se adapta la una botella y facilita el reciclado del aceite.
Así que tras su interés en la charla, y la incorporación del nuevo elemento a
nuestras rutinas, empezamos a reciclar el aceite. Y qué decir, que se está convirtiendo
en una costumbre, y que además, al tener la botella a la vista, no pasa
desapercibido, así que no hay gota de aceite que se nos escape!!!
Pero me surgió una duda. El embudo está preparado para
adaptarse a las botellas de plástico, pues hace la misma función que un tapón.
Y como queremos colaborar en generar menos plástico, escribí un mail a Recikla,
preguntando si había otra alternativa para acoplar el embudo, que no tuviera
que ser a una botella de plástico.
A la espera estoy de la respuesta, pero
mientras tanto, aquí nos hemos concienciado ya de
que reciclar el aceite, es importante. Y que queremos cuidar nuestro planeta.
Súmate!!!!!
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